domingo, 18 de noviembre de 2018

La momificación y el culto de los muertos en Egipto


Parece que los egipcios creyeron siempre en la otra vida. Las tumbas más primitivas contenían muestras de comida y equipamiento, y más tarde la decoración de las tumbas nos indica como concebían esa vida. En general la imaginaban semejante a la de este mundo, pero en mejor, con cacerías y cosechas abundantes, ricos banquetes y bellas muchachas.

Esa idea atravesó diversas etapas. Primero se pensó que el rey pasaba su vida de ultratumba junto a Re, el dios sol, recorriendo diariamente el cielo con él. Pronto, sin embargo, su futuro quedó vinculado al dios Osiris, y cada rey, al morir, se identificaba con él. Este privilegio se fue extendiendo gradualmente, primero a los nobles y luego a todas las clases, de manera que todo hombre al morir se identificaba en cierto modo con Osiris.

Una buena conducta aseguraba un transito seguro al más allá. Hay muchas representaciones de escenas de este juicio, en las que el corazón del difunto es pesado en una balanza, teniendo como contrapeso una pluma que representa la verdad. El resultado era consignado por Thot, el escriba de los dioses, en presencia de Osiris, y los que no daban el peso eran destruidos para siempre.
Los egipcios sabían naturalmente que el cuerpo del difunto permanecía en este mundo y que era el espíritu del muerto el que se iba al más allá. Pero pensaban que éste último necesitaba del cuerpo como de una base, y por eso ensayaron distintos y complicados métodos para preservar el cuerpo con la momificación, aunque en casos extremos una estatua o un retrato del desaparecido podían servir como sustituto.

Paralelamente a la evolución de las creencias se va complicando cada vez más la practica de la inhumación. Las cámaras de las tumbas se hacen más numerosas y se aumentan los conjuntos piramidales.

La mayor parte de nuestros conocimientos sobre la religión, particularmente sobre las creencias funerarias egipcias durante el Imperio Antiguo, se ha sacado de los llamados textos de las pirámides. Estos textos constituyen una colección de formulas destinadas a procurar al muerto la forma de resolver todas las dificultades que pudiera encontrar en el más allá. Posteriormente, muchas de las formulas de los textos de las pirámides pasaron a los textos de los sarcófagos del Imperio Medio, y por su mediación, al Libro de los muertos del Imperio Nuevo.

Información tomada de http://www.jimena.com/egipto/apartados/religion.htm#muerte

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